. Los ritos satánicos, las enfermedades mentales, la farmacodependencia, la ausencia de tratamiento médico y las pésimas condiciones de infraestructura en estos centros de reclusión son caldo de cultivo para tragedias como la ocurrida el pasado 15 de junio
. Luego que el Inpec confirmara que son 2.060 los internos con patologías mentales en las cárceles del país, la Defensoría del Pueblo reiteró su llamado para que se adopten las medidas que garanticen los derechos de este segmento de la población reclusa
Al cabo de una visita realizada por funcionarios de la Delegada para la Política Penitenciaria y Carcelaria de la Defensoría del Pueblo, como consecuencia de los graves hechos ocurridos el pasado 15 de Junio, cuando un incendio en la Unidad de Tratamiento Especial de la Penitenciaría El Bosque ocasionó graves lesiones a seis internos, tres de los cuales fallecieron en los últimos días, se evidenciaron serias falencias que afectan los derechos fundamentales de estas personas, algunas de ellas con complicaciones de salud mental.
Durante un recorrido tanto por la cárcel de El Bosque, como por la Modelo en la capital del Atlántico, la comisión de la Defensoría constató los problemas de infraestructura y las señales de comportamientos agresivos que mantienen en peligro a esta población.
De hecho, en la UTE de la Penitenciaría El Bosque, se encontraron fallas protuberantes en los sistemas de iluminación y ventilación, ausencia de agua potable permanente, techos enmugrecidos, pisos deteriorados, instalaciones eléctricas deficientes, así como brotes de infección en la piel diagnosticados bajo una enfermedad conocida como escabiosis, la cual obedecería a un ácaro en las colchonetas que reposan sobre planchones de concreto, todo ello agravado por las condiciones de hacinamiento que para mayo eran del 164 por ciento y al momento del incidente alcanzaban el 115 por ciento.
Así mismo, durante la inspección humanitaria a ese lugar, la Defensoría del Pueblo confirmó los indicios sobre rituales satánicos al interior de las celdas, que a pesar de ser unipersonales, albergan hasta 8 personas en los momentos más críticos. Allí, los funcionarios de la Institución encontraron dibujos aparentemente hechos con sangre de los mismos reclusos, quienes incluso mostraron las huellas de los cortes que ellos mismos se producen en medio de estas prácticas, generalmente violentas. De acuerdo con los testimonios recopilados durante la visita, la conflagración se habría generado con ocasión de la aparente pérdida de unos estupefacientes, situación que derivó en una riña acompañada por el peligroso ritual. Frente a esto, vale la pena indicar que los funcionarios de la Defensoría concluyeron que dentro del lugar hay un alto consumo de alucinógenos a nivel de farmacodependencia, circunstancia que se suma a los problemas mentales de algunos reclusos, hechos que no cuentan con la debida prevención y atención profesional.
En el caso de la Unidad de Tratamiento Especial de la cárcel Modelo, las condiciones de infraestructura son similares puesto que no hay sanitarios, la luz es escasa, los pisos están dañados y las instalaciones en general carecen de mantenimiento. Lo más grave es que al igual que en El Bosque, allí también se encontraron dibujos alusivos a los ritos satánicos, lo cual se convierte en una nueva alerta, toda vez que en ese centro de reclusión se presentó la tragedia del 27 de Enero de este año, con un saldo de 17 muertos y 29 heridos.
Por todo lo anterior, y luego que el INPEC revelara que la población privada de la libertad con problemas mentales llega a la cifra de 2.060 personas en el país, el Defensor del Pueblo encargado, Esiquio Manuel Sánchez Herrera, reiteró el llamado de la Entidad al Gobierno Nacional, a las autoridades penitenciarias y administrativas del nivel territorial y local, para que se adopten las medidas necesarias a fin de garantizar los derechos de estos ciudadanos.
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