Ser Capaz de dar amor, ese es el ejemplo que da Gloria Enilsen Arteaga Rivera, madre sustituta de dos niñas con discapacidad cognitiva. Durante las diferentes actividades que se llevan a cabo en el marco de la Semana Ser Capaz, son muchas las historias de vida que sirven de ejemplo de amor, convivencia y tolerancia. Una de esas historias es la de Gloria Enilsen Arteaga Rivera, una mujer de piel ceniza y sonrisa contagiosa que, a pesar de que la vida le regaló dos hermosos hijos: José David y Ana María, fruto de su matrimonio con Carlos Eduardo Velásquez, su instinto maternal la llevó a hacerse cargo, como madre sustituta, de dos niñas muy especiales: Tatiana y Laura Sofía, de 24 y 8 años de edad respectivamente, quienes tras sufrir el abandono de sus padres biológicos, fueron a parar al Instituto de Capacitación Los Álamos, lugar donde reiniciaron sus vidas junto a otros niños y jóvenes con discapacidad cognitiva. Gloria, quien siempre ha demostrado una inquebrantable voluntad para ayudar al prójimo, se vinculó al programa de Madres Sustitutas de Los Álamos, y fue elegida para encargarse de las dos niñas.
La primera en llegar a la familia fue Tatiana, a los 19 años de edad. Un año más tarde llegó Laura Sofía, quien apenas tenía 4 años. Carlos Eduardo, el esposo de Gloria, se mostró feliz por sus dos nuevas hijas, mientras que José David y Ana María sí se demoraron un poco más en comprender la situación. “Con los niños fue un poco difícil al principio, porque no entendían la discapacidad de las niñas y tampoco entendían por qué iban a vivir con nosotros. Pero con el tiempo las aprendieron a querer y ahora no se despegan de ellas”, cuenta Gloria. Tatiana padece trastorno bipolar afectivo y retardo mental leve, mientras que Laura Sofía tiene síndrome de Down, autismo y movilidad reducida. “Tatiana es funcional y yo le pongo tareas caseras normales porque ella es capaz de hacerlas, incluso ella podría ser vinculada a un trabajo. En cambio, a Laura hay que ponerle más cuidado, prácticamente hay que hacerle todo”, relata Gloria, quien llevó a sus dos hijas a las actividades de la Semana Ser Capaz en el Doce de Octubre. “Este tipo de eventos son muy buenos porque así la gente del común se da cuenta de que estas personas con discapacidad existen”, resalta la amable señora, quien tiene muy claro que la mejor manera de ayudarles a las personas con discapacidad, es queriéndolas. “A ellos hay que darles mucho amor, hacerlos sentir parte de la familia.
Su discapacidad es irreversible, pero al menos, con amor, tienen una mejor calidad de vida, una vida más digna”, expresa Gloria, quien si pudiera, llenaría su casa con niños con discapacidad cognitiva. “A mí mis hijas no me estorban y tampoco a mi familia. Incluso ellas han logrado cambiar la percepción de los habitantes del barrio, puesto que la gente se ha vuelto más sensible y más afectiva con las personas con discapacidad. En el barrio todo el mundo las quiere y las cuida”, comenta Gloria, quien pide más iniciativas como la Semana Ser Capaz, para que la población con discapacidad no pase desapercibida. Y de eso se trata la Semana Ser Capaz, de visibilizar las habilidades de las personas con discapacidad y demostrar que el talento no tiene límites. El programa irá hasta el 3 de diciembre, con actividades en las 16 comunas y los 5 corregimientos de la capital antioqueña.
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