En UN Análisis* de la Universidad Nacional Radio, expertos debatieron sobre las debilidades y beneficios.
Luis Diego Vélez, docente de la U.N. Sede Medellín, inició el panel haciendo referencia a los ítems que modifica el nuevo marco tarifario, como los costos fijos, el desmonte de los subsidios y la metodología que está encaminada a garantizar la suficiencia financiera de las empresas.
Vélez afirmó que los municipios tendrán que subsidiar las tarifas; tras esta medida, se mueve la regla de sostenibilidad fiscal. Esto lleva a concluir que los servicios tienen una falla a nivel de competencia que le impide producir a las economías de escala.
“En ese sentido, se desarrollaría la abstinencia a las leyes 142 y 143 que daría margen a la libre competencia”, amplía el investigador de la U.N.
Posteriormente, Jorge Iván González, profesor del Centro de Investigaciones para el Desarrollo de la U.N., aseguró: “La medida debe ser evaluada, pues tienen una buena intencionalidad, en el sentido de que hay avances técnicos y materiales, sin embargo no me imagino estas grandes fórmulas aplicadas a los municipios”.
González señaló que las fórmulas suponen una rentabilidad de 12.4 %, un índice muy elevado considerando que las tasas de interés en el mundo son inferiores al 1 % de los bonos de los gobiernos.
“Los servicios de agua tienen costos marginales decrecientes. Se debe considerar cuál es el límite de saneamiento que hay en la tarifa”.
El profesor del CID destacó la reflexión que se debe hacer en torno a la nueva fórmula: “¿Cuál es la capacidad de consumo en las familias?”. Si bien el agua es un derecho universal, en la tarifa no existen consideraciones sobre los hogares.
En opinión del experto, una posible solución es eliminar los estratos, así se obtiene un avalúo neutro. Sin embargo, este es un tema que no está en la resolución, pues sigue considerando el estrato 4 como el costo medio.
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